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Tu cuerpo no es una calculadora de calorías, es un sistema complejo que responde a señales hormonales, metabólicas y ambientales. Por eso, si quieres bajar grasa, ganar masa muscular o mejorar tu rendimiento, no alcanza con “comer menos y moverte más”. Necesitas un enfoque que tenga en cuenta cómo funciona tu metabolismo, tu flexibilidad metabólica, el impacto del estrés, la calidad de tu descanso y la forma en que tu cuerpo procesa los nutrientes:

Las mujeres somos cíclicas por naturaleza. Nuestro cuerpo no funciona de la misma manera todos los días: las hormonas cambian a lo largo del mes, impactando en la energía, el estado de ánimo, la piel, el metabolismo y hasta en cómo socializamos o entrenamos. Cuando este equilibrio se altera, aparecen síntomas que nos dicen que algo no está bien: menstruaciones dolorosas, ciclos irregulares, ausencia de ovulación, acné, candidiasis recurrentes, síndrome premenstrual o problemas para quedar embarazada:

¿Te sientes hinchada todo el tiempo? ¿Te caen mal ciertos alimentos y no entiendes por qué? ¿Vives con acidez, gases o digestiones pesadas? ¿Tu piel reacciona sin motivo aparente? El intestino es mucho más que el lugar donde procesamos la comida, es el centro de nuestra salud metabólica, inmune y hormonal.

Cuando hay problemas digestivos, la inflamación no se queda solo en el intestino: afecta la tiroides, la piel, la energía, la menstruación y hasta el estado de ánimo. Muchas veces los síntomas empiezan con algo tan “normalizado” como reflujo, estreñimiento, diarrea o hinchazón, pero detrás puede haber disbiosis, sobrecrecimiento bacteriano, intolerancias alimentarias, alteraciones en la producción de ácido gástrico o una respuesta inmune desregulada:

Quedar embarazada no debería ser cuestión de suerte ni algo que ocurra «cuando el cuerpo quiera». Tu fertilidad es el reflejo de tu salud general y prepararte para un embarazo es mucho más que buscar un test positivo. Es darle a tu cuerpo lo que necesita, primero porque te lo mereces, y luego para concebir, gestar y parir con energía, bienestar y la menor cantidad de intervenciones posibles.

Si estás buscando un embarazo, en tratamiento de fertilidad, pensando en congelar óvulos o transitando la gestación y el postparto, la preparación metabólica e inmunológica es clave para que todo el proceso sea un poco más fácil y sin complicaciones evitables:

No es normal estar cansada todo el tiempo, sentirte con sueño después de comer, tener siempre frío o notar que ganás peso sin razón aparente. Tampoco es normal que te digan “es la edad” o que te manden a bajar de peso sin explicarte qué está pasando realmente en tu cuerpo.

Tu metabolismo no es solo un número en la balanza. Es la maquinaria que regula tu energía, tu capacidad de recuperarte, tu inflamación, tu estado de ánimo y las ganas que le pongas a todo lo que haces en tu vida. Si algo no está funcionando bien, no se arregla con una dieta mágica, un fármaco o más ejercicio:

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